Prologo

MADERARIO


Partimos del puerto de la nada
hacia los océanos del encuentro.
Sin naves, peces, aves o faros de guía.
Hubo que construirlo todo,
desde el rastreo a la utopía,
exponerse a los naufragios,
recalar dentro de uno y
soportar los vientos quietos.
Deshechos, buenaventura del mar y
alguna algarabía, fueron los recursos;
asombrándonos de cada acierto;
entusiastas, imagineros, misioneros
de un universo desgastado,
nos tocaba la prédica de volver a darle
un sentido a lo inanimado.
Cruzada resuelta en formas erosionadas,
óxidos y espacios,
Colores decantados llenos de encanto.

Si le encontrás misterio, armonía
u otra cualidad, navegá desatinadamente
junto a los que disfrutan lo imposible.